¿Y si nos hubiesen contado el cuento al revés?
“Érase una vez un bello príncipe que vivía en un reino no muy lejano… El bello príncipe se pasaba el día recogiendo flores en el jardín del castillo y pensando en el día, en el que llegaría su apuesta princesa y se casarían para vivir felices y comer perdices…”
Papel de la princesa: mujer que espera que llegue su hombre para sacarla de su rutina, o liberarla de una malvada bruja o de un hechizo. Debilidad, flaqueza, dependencia del hombre…
Papel del príncipe: hombre que va en busca de su princesa, lucha contra toda posible adversidad y finalmente libera a la princesa de cualquier mal. Fortaleza, lucha, liberación…
Supongo que habrá gente que pueda opinar que hay cosas más importantes en las que pensar o sobre las que escribir. ¿Qué importancia puede tener un inocente cuento infantil? ¿Puede hacerle daño a alguien?
Entonces yo me planteo: Estamos hablando de educación ¿no es ésto importante?
La respuesta es: tajantemente SI.
La ley de igualdad que aprobó el gobierno de José Luís Rodríguez Zapatero, sin duda es un hito en la historia de la democracia española.
Una ley mediatizada y que se redujo al hecho simplista de las listas electorales paritarias (quizás esto sucedió porque estábamos en período electoral y el tema de De Juana Chaos estaba ya demasiado explotado).
La ley de igualdad facilita el acceso de las mujeres a los espacio públicos (roles reservados exclusivamente a los hombres); esta ley es y será un instrumento transformador, de análisis y de cambio de la realidad.
“Si realmente buscamos la igualdad, ¿por qué tiene que tener más facilidades una mujer que un hombre?”. “Valorar la formación profesional y no el género”. “Yo no quiero que me contraten por se mujer, si no porque realmente puedo hacerlo”
Al margen del debate que pueden suscitar las políticas de discriminación positiva, la realidad es que una mujer no ha tenido los mismos derechos ni las mismas oportunidades que un hombre.
Esto no es una opinión, es una realidad. Hay estudios que demuestran cómo encontrándonos con la generación de mujeres mejor preparadas y formadas de la historia, se da un hecho tan curioso como el siguiente: “el porcentaje de mujeres que acaban una formación universitaria es mucho más alto que el de hombre y sin embargo, en proporción, hay muchas más mujeres que no encuentran empleo”.
Muchas empresas utilizan una estrategia de rotación con los puestos que ocupan las mujeres para “disfrazar” las cifras… porque no hay que olvidar que la mayoría de las políticas empresariales se basan en la fórmula de: “dinero+dinero=dinero, a toda costa” y que una baja maternal, una reducción de la jornada laboral… rompe su fórmula.
Pero nada de esto tendrá sentido si no se acompaña de educación… las mujeres hoy en día, pueden seguir cumpliendo el papel tradicional de dedicación a la familia y a lo afectivo; pueden conseguir una carrera profesional sin ocuparse de su vida afectiva o compaginar ambas cosas (tarea dificilísima).
Sin duda, el triunfo de la igualdad, tiene que ver con la oportunidad de compartir tanto en lo público como en lo privado y eso solo se puede conseguir educando en igualdad.
by “…si Ud. es capaz de temblar de indignación cada vez que se comete una injusticia en el mundo, somos compañeros, que es lo importante”
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