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Juventudes Socialistas de Daimiel

Occidente y su crisis

Continuamente nos vemos bombardeados por medios de comunicación que denuncian la inconsciencia de los jóvenes, con noticias como: peleas en institutos, agresiones a profesores, alcoholismo exacerbado, consumo masivo de drogas... Estoy harto de escuchar que la juventud de ahora vive despreocupada. Es muy sencillo moldear reflexiones tan vulgares como: “los jóvenes pasan de todo”, “ya no respetan a los mayores”, etc. Me gustaría hacer notar lo siguiente: apuntar con el dedo es muy sencillo, lo difícil es saber a quién apuntar.

El problema es mucho más profundo que estas simples objeciones. Desde mi punto de vista, está ocurriendo algo que no afecta sólo a los jóvenes, sino a toda la sociedad:

Es muy probable que occidente se halle inmerso en una crisis generacional sin precedentes. La pérdida de fe en las principales instituciones que se encargan de la sociabilidad del ser humano, está generando que se produzca una ingente carencia de valores. El motor capitalista -articulado en las principales corporaciones mundiales- ha pasado a controlar al hombre. En cuanto a las instituciones, han sido invadidas por las grandes empresas, que no dudan en someter a los humanos con herramientas tan útiles como la publicidad, el consumismo o las corrientes de pensamiento estereotipadas.

Ante este panorama, la sociedad se siente verdaderamente cómoda, pues en realidad no se vive tan mal. ¿Qué más queremos si tenemos pan y circo? Este influjo de conformismo y sumisión llega a unos jóvenes a los que no les hace falta preocuparse de los problemas, ya que creen que no los hay. En resumen, vivimos sumergidos en una especie de adormidera. Tenemos un estado del bienestar que nos protege, tenemos trabajo, tenemos dinero, tenemos comodidades, tenemos amigos, tenemos vacaciones, tenemos diversión... ¿Quién osa a quejarse?

Pero a la larga, todo termina por pasar factura: incomprensión, sentimiento de vacío, desidia, sentido de no-control de la propia vida, pérdida de la identidad... rasgos inequívocos de una más que probable deshumanización.

Por lo tanto, mi conclusión final es categórica: el hombre occidental ha sido desposeído de su condición de sujeto autónomo.

¿Qué podemos hacer?

 

by "Rodión Románovich Raskólnikov"

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